Tuesday, April 23, 2024
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Prioritario para el gobierno ampliar la PR-22

Como el ave fénix mitológico, cada cierto tiempo resucita de entre las cenizas el debate que busca solucionar los problemas de conexión entre el área oeste y la zona metropolitana.

Como elemento central a las posibles soluciones surge siempre la necesidad de ampliar la PR-22, más conocida como expreso José de Diego.

A pesar de que la autopista lleva el nombre del prócer aguadillano, el tramo de esta carretera solo conecta San Juan con el pueblo de Hatillo. De ahí en adelante, en dirección oeste, solo se puede transitar por la antigua carretera militar o PR-2.

En días recientes se ha vuelto a hablar de la extensión de la vía entre Hatillo y Aguadilla para solucionar los tapones y el excesivo tiempo que se invierte en atravesar los pueblos del corredor norte: Hatillo, Camuy y Quebradillas principalmente, y en menor medida Isabela y la propia Aguadilla.

Según reconoció a Telemundo Edwin González, director de la Autoridad de Carreteras, el proyecto para ampliar la PR-22 es “uno prioritario” para la actual administración, toda vez que gran parte de la industria aeroespacial del país está ubicándose en la zona noroeste.

Los posibles proyectos están actualmente en la fase de estudio de viabilidad e impacto ambiental, a pesar de que hace décadas se han trabajado planes similares que han supuesto un gasto de más de 8 millones de dólares.

La noticia ha levantado preocupación entre comerciantes y alcaldes de los pueblos por donde la autopista pasaría. Para conocer el posible impacto de esta obra, Visión conversó con expertos en materia vial y políticos de la región.

Los retos de ampliar el expreso: pros y contras
El gobierno baraja tres opciones: la primera, convertir en expreso la PR-2; una segunda alternativa que incluye carriles de peaje dinámicos, entrando y saliendo de la PR-2; y una tercera posibilidad que combina un tramo de campo traviesa desde Hatillo a Quebradillas, y otro tramo desde Isabela convirtiendo la PR-2 en expreso hasta Aguadilla.

El catedrático del Departamento de Ingeniería Civil del Colegio de Mayagüez, Benjamín Colucci, destacó que para analizar la conveniencia de un proyecto de este tipo, “lo primordial es el beneficio en la seguridad, pues permite reducir fatalidades y heridos. Todo lo que se vaya a hacer para reducir el tiempo de viaje implica beneficios al usuario”, explicó.

Sin embargo, aunque una ampliación del expreso contribuye a reducir el tiempo de transportación y prevenir accidentes, fruto del cansancio o las condiciones de la carretera, Colucci manifestó la importancia de tener en cuenta “consideraciones ambientales y hacer un estudio cuidadoso de cómo se va a mitigar”.

Adicional al impacto ambiental, hay que pensar “el impacto regional. Si vas a mejorar la seguridad y reducir el tiempo de viaje tienes que atender a los comerciantes que desde tiempos inmemoriales tienen sus negocios en las marginales y en las intersecciones”.

Con todo, el director del Centro de Transferencia de Tecnología en Transportación se mostró favorable a esta ampliación, aunque con la cautela de quien no ha evaluado los proyectos actuales.

“Hay casi 80 semáforos en ese tramo, claro que hace falta, hay que terminar la red de circunvalación para poder transportar bienes y mercancías y promover el oeste. Por ejemplo, el Centro de Trauma se beneficiaría espectacularmente si se acorta el tiempo de viaje. Pero hay que analizar cuidadosamente las diferentes opciones”, aseveró.

Sobre este particular- indicó que cualquier proyecto que vaya a considerarse debe “analizarse a 30-40 años vista”, incluyendo los costes de los peajes.

Por último, el ingeniero resaltó la necesidad de evaluar los diferentes tipos de tráfico en esa vía, y estudiar quiénes se mueven en ese tramo de la PR-2 para determinar si es mejor construir sobre la carretera con elevados, o si es mejor una nueva carretera.

Hablan los ganaderos
Uno de los sectores que pueden verse más afectados, especialmente si prevalece el proyecto que contempla ampliar el expreso en un recorrido de campo traviesa, es el de los agricultores y ganaderos.

Hatillo y Camuy podrían ver destruidas zonas de alto valor económico para el sector primario, por lo que desde el gremio hay preocupación.

Héctor Cordero, presidente de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico, compartió con este medio que “no nos oponemos a la necesidad que hay de arreglar la carretera y ponerla al día, pero sí a que se sigan destruyendo terrenos agrícolas, y que en una mesa en San Juan se tiren líneas sin verdaderamente ver físicamente lo que estás afectando”.

El vocal del sector agropecuario, quien posee tierras agrícolas en Aguadilla, opinó que habría que “usar la ruta ya existente y diseñar otro modelo para que el tramo sea más cómodo y evitar los 43 semáforos que hay hasta Aguadilla”.

Sobre este tema añadió que “hace 50 años atrás salías de Hatillo y la primera luz era en el cruce de la 130 (a la entrada del pueblo). Que quiten las luces, pero que no se siga destruyendo el terreno agrícola. Se afecta el carso, la reserva más grande de agua de Puerto Rico”, denunció.

Además del daño ambiental en tierras fértiles y acuíferos, Cordero adelantó el riesgo de “especulación y el desarrollo de urbanizaciones. Cada salida de una autopista es un punto de especulación para el desarrollo desmedido urbano”.

Como asociación gremial aseguran que no han recibido información actualizada, por lo que “solicitamos un encuentro para poder ver lo que están proponiendo, esperamos que tengan la gentileza de hacer públicos los documentos que dicen que tienen, a ver si son los mismos de hace 20 años. Ahí veremos el efecto real e identificaremos quiénes son los agricultores que se pueden ver afectados”, finalizó.

Diversidad de opiniones entre alcaldes del oeste
El alcalde de Isabela, Miguel ‘Ricky’ Méndez, expresó a Visión que este proyecto “sería una buena noticia si es para convertir la número 2 en expreso, pero muy mala si es en campo traviesa. Si es así no lo vamos a estar apoyando”.

El regidor isabelino recordó que se “deben mejorar ciertas intersecciones, algunos tramos que provocan congestiones, como el área de Plaza Ferram en Aguadilla, el sector la Curva en Isabela, o en Hatillo entre la luz de Home Depot y el pueblo. Deben hacer elevados para ayudar que el tráfico fluya del área norte al oeste y no se afecte el comercio ni la parte ambiental”.

Méndez aseguró que “no he recibido ninguna notificación oficial ni propuestas”, y que toda la información que posee el municipio es “a través de la prensa y de grupos ambientales que han levantado la voz”.

Por su parte, el alcalde de Moca, Angel ‘Beto’ Pérez, compartió con Visión que estuvo reunido la semana pasada con la directora del Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) y el director de la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT), con quienes pudo hablar de este tema.

“La realidad es que hay impacto en las fincas de Hatillo y Camuy, pero en Moca y todo el oeste la obra es de mucho beneficio para movernos hasta la zona metropolitana: son 42 luces desde Hogar Crea en Aguadilla hasta la última luz antes del expreso, en el Buen Café de Hatillo. Es un tramo que prácticamente toma una hora, sería una ventaja para llegar en menos tiempo”.

El alcalde añadió que “el flujo vehicular hacia el oeste sería más cómodo y el tránsito de la 2 se liberaría”, pero reconoció que esta postura se debe a que la obra no pasaría por su municipio, salvo en los tramos de la PR-2 convertidos en expreso.

“Hasta el momento, por los lugares que tenemos conocimiento que transcurrirá el proyecto, no hay ningún tipo de oposición”, señaló.

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