Friday, April 19, 2024
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Pescador: un trabajo en peligro de extinción

Por: Messier Z. Torres Feliciano

¿Existen pescadores en Puerto Rico?… Es la pregunta que muchos se hacen cuando visitan o van a darse un chapuzón en alguna villa pesquera del país. Son personas silentes y madrugadoras, pacientes con sus trampas, trabajadores, pero sobre todo, son muy pocos.
Siete de la mañana, es la hora en la que Rafael Machado ya se encuentra en la orilla del mar. Mar que antes paseaba en barco cuando era un pescador en la villa pesquera de Isabela. “Sí, sigo en la pesca, pero me mantengo por la orilla como terapia y como deporte, pues me mantengo pescando en la orilla, tengo mi cuarto en la villa de pesca y tengo dónde guardar los pescaitos y lo que coja para después llevarlos a la familia, para comer y ahí estamos prácticamente todo el día, pendiente a lo que hay, si hay sardinas, cetí o cosas así que uno toma para seguir la faja de los peces y todos los días estamos con la misma secuencia, a ver si uno encuentra sardinas y todo eso.”

Machado lleva cincuenta años en la pesca, muchos de ellos como pescador oficial, pero se tuvo que retirar ya que su médico le prohibió salir en yola a pescar. Pero eso no ha quitado su pasión por la pesca, por lo que él mismo médico le recomendó pescar desde la orilla a modo de terapia.

“Aquí antes se pescaba mucho con las yolas en línea tenemos como seis o 10 yolas y nos íbamos a las cinco de la mañana o a las seis de la tarde dependiendo si nos íbamos a pescar por la noche o nos íbamos a pescar por el día” explicó Machado.

En su caso, fue su doctor quien le dijo que ya no estaba apto para pescar en yola, pero otros compañeros se retiraron por distintas razones. En muchos casos por muerte, en otros al igual que él, por condiciones médicas y en muchos otros casos, según nos explica Rafael, “otros que podrían hacerlo, pero no lo hacen, porque los gastos son muchos y también las exigencias del gobierno, necesitas un permiso, porque tienes que tener salvavidas pito y todas esas cosas que tienes que tener para esa embarcación. También hay ciertos peces que están en veda, que si los cojes, los tienes que soltar, muchas cosas así, entonces, eso hace que los pescadores se vayan retirando, porque ¿para qué uno va a coger diez o once libras de chillo y ponle que le saques cuarenta o cincuenta pesos y se va todo en los gastos? pero el que va y el dueño de la yola lo que tiene, es pérdida.”

Según Owen, “Esto ocurre desde el huracán para acá. La venta está bien floja, la venta y el pescado. En el área, en un año murieron 11 pescadores, entre personas jóvenes y mayores”, lo cual provocó una falta de pescadores en la zona, pero también aclara que es una problemática a nivel nacional, donde hacen falta más pescadores.

Por otra parte, según nos contó Machado, en la villa pesquera de Isabela donde antes habían unas diez yolas cuando él era pescador, ahora solo queda una. Por otro lado, Owen Pérez, quien es dueño de la pescadería Brisas del Mar, la misma que tiene dicha yola, dice que cuenta con muy pocos empleados. “Ahora mismo cuento con dos personas: un señor bien mayor, como de setenta y pico de años que pesca en el mes dos días o tres y entonces la otra persona que es más mayor, ahora mismo tiene una cadera que no puede pescar y entonces tengo que buscar en otro lado.” El comerciante expresó que ha tenido que buscar peces de otros lugares, pues la falta de empleados dedicados a la pesca, ha provocado muchos problemas.

Por otro lado, de los fondos del huracán destinados para los pescadores, según Owen, aún no les ha llegado nada.

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