Puerto Rico está buscando que su economía se recupere después de más de una década atravesada por una desindustrialización acelerada con el fin de las 936, una crisis fiscal profunda y eventos atmosféricos y naturales -y sanitarios- que han afectado el crecimiento económico del país. Para revertir esta situación y poder regenerar el tejido productivo, el Colegio de Mayagüez está liderando una serie de iniciativas para crear una cultura de emprendimiento entre la población, y así dejar de ser un país de consumidores y pasar a ser un país de productores.
Aunque el Colegio es conocido por sus programas de ciencias e ingeniería, el esfuerzo y conocimiento de su departamento de empresas está a la vanguardia del país, con programas en los que profesores y estudiantes ponen sus conocimientos al servicio de la clase empresarial del país, en especial de la región oeste.
Uno de esos programas de emprendimiento y asesoría para nuevos empresarios es Área-E, dependiente del Centro de Negocios y Desarrollo Económico. Llevan funcionando desde 1986, pero con este nuevo clima de búsqueda de oportunidades para las pequeñas empresas su labor se ha multiplicado y sus servicios cada vez son más demandados. Su misión es la de promover el desarrollo de un ecosistema empresarial y estimular la innovación, emprendimiento y el desarrollo económico. Desde sus oficinas en el Edificio de Administración de Empresas, ofrecen asesoría gratuita para empresas emergentes, para negocios existentes y formación para profesionales de estos campos.
En su apoyo a la creación de empresas no solo colaboran con trámites y orientaciones de tipo burocrático como permisos o planes de negocio, sino que ofrecen servicios de creación de identidad de marca, incluido el logotipo de la empresa, tan necesarios para el posicionamiento en el mundo visual y digital de hoy en día. Este tipo de ayudas son de gran valor para el empresariado local, que muchas veces se encuentra con demasiados retos antes de poder lanzar su producto o servicio, por lo que desde Área-E facilitan algunos de los pasos iniciales e impulsan el emprendimiento sin coste alguno.
Los futuros empresarios interesados en este tipo de servicios pueden comunicarse al correo electrónico [email protected].
Otra de las iniciativas encaminadas a estimular la creación de pequeñas y medianas empresas nace de los propios estudiantes y sus profesores mentores, gracias a la asociación estudiantil Enactus UPR-M, el capítulo local de esta gran organización académica internacional.
El enfoque de Enactus es apoyar y fomentar el empresarismo con fines sociales, por lo que su misión y visión no busca solo generar riqueza económica sino también bienestar en las comunidades y un desarrollo respetuoso con el planeta.
A través del desarrollo de habilidades duras y blandas -las llamadas ‘soft’ y ‘hard skills’- Enactus UPR-M crea conciencia de cómo el desarrollo económico puede impactar y dar solución a problemas existentes en el país y en el mundo, en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas: medioambiente, desigualdad de género o cambio climático.
En meses pasados el capítulo colegial quedó segundo en la competencia que los diferentes grupos Enactus realizan a nivel nacional, logrando presentar con muy buen resultado los proyectos empresariales R3STARTT, empresa social que promueve el desarrollo de productos compostables para sustituir o eliminar el uso de plástico; Ricura Caribeña, un proyecto de finca de siembra orgánica en Mayagüez; y RECO, empresa social enfocada en reutilizar la borra del café que desecha la industria como fertilizante.
Los estudiantes que quieran emular a estos jóvenes empresarios sociales, pueden sumarse al trabajo de Enactus UPR-M y forjar su futuro como líderes del cambio económico y comunitario del país escribiendo a [email protected].
