JR Román – Conferenciante Master Coach
¿Quiénes de ustedes no han sentido desanimo alguna vez? Imagino que todos nos hemos topado con el virus del desanimo, Le llamo a esto virus mentales,porque el desánimo algunas veces es contagioso. Todo el mundo se desanima de vez en cuando, es algo natural y comprensible, pero lo que no es natural es que nos quedemos en ese estado. Cuando estamos desanimados, hemos perdido la motivación para seguir adelante. Vemos la montaña demasiado empinada, el valle demasiado oscuro, o la batalla demasiado intensa, y perdemos el coraje para continuar.
El estado de ánimo es el reflejo de tus creencias que generan el pensamiento creando el estado emocional, la emoción dura unos 90 segundos y se convierte en el sentimiento que crea el estado ánimo.
Es fácil que nos desanimemos cuando buscamos recompensa o afirmación de aquellos que nos rodean. Cualquier sentimiento de desánimo lo puede provocar cualquier cambio en nuestro entorno, relacionado con la familia, el trabajo, nuestros sentimientos, pero también nos puede afectar el estado de salud, o simplemente algún desequilibrio químico de nuestro organismo.
Hay personas que son más pesimista por naturaleza y por lo tanto, se suele enfrentar con mayor frecuencia a situaciones de desánimo. La situación del desanimo puede ponerse peligrosa cuando no usamos el antídoto para eliminarlo rápidamente de nuestra vida.
Para poder combatir al desánimo tenemos que conocer la raíz de su existencia. Pregúntate: ¿Qué me está provocando sentirme desanimado? Tal vez tienes una meta que se te ha hecho difícil alcanzar. La expectativa de que suceda algo extraordinario en tu vida. Has comenzado un proyecto y no te está saliendo como deseas.
Te gustaría avanzar, pero sientes que das un paso al frente y tres atrás; Te sientes insuficiente, poco productivo o frustrado. Pensaste una cosa y te salió otra y todo esto nos puede causar el desánimo.
Si por casualidad amaneciste desanimado hoy, enfócate en tus bendiciones te ofrezco algunas recomendaciones.
Descubre por qué te sientes desaminado. Es importante saber qué es lo que te está causando ese desanimo para poderlo superarlo. Suelta la carga todo tiene solución.
Enfócate en tus pensamientos positivos. El desánimo es una barrera sicológica que intoxica los pensamientos; Sustituye todos esos pensamientos negativos, pesimistas, de derrota que vienen a contaminar tu mente. Una de mis recomendaciones es que leas, escuche y veas mensajes de inspiración que te cambien tu estado emocional.
Asegúrate que tus comunicaciones internas sean para exaltarte y motivarte. Recuerda que pasas de 10 a 14 horas al día hablando íntimamente contigo sin abrir la boca. Ejemplo: declara “Por nada estaré preocupado, Dios está conmigo”, “Si esto no funcionó es porque no me convenía”, “Todo tiene una razón de ser”. Toda obra para bien”, “No te enfoque en lo que has perdido, enfócate en lo que te falta por ganar.”
Se agradecido, recuerda que toda adversidad trae consigo una bendición oculta. Nada pasa en tu vida que no te traiga un aprendizaje. Dale gracias a Dios por todo. Un corazón agradecido no puede sentirse desanimado. Respira y agradece tienes vida.
Sintonízate con tus recuerdos positivos, cuando nos sentimos desanimados perdemos la visión, la perspectiva de nuestro propósito y caemos en ese pozo pantanoso que no tiene salida. Cambia de canal y sintonízate con aquello que te da fuerza y puede sacarte de la situación. Por cada minuto negativo que pasas necesitaras 11 minutos positivos para volver a la normalidad.
Rodéate de gente que te enriquezca la vida, que te motiven, que te amen. Cuando te venga el desánimo recuerda que todo en la vida tiene solución, cambia de escenografía, habla con un amigo. Desarrolla una lista de personas que enriquecen tu vida llámalos y ten presenten que te ayudaron a convertirte en la persona que eres.