Por: Messier Z. Torres
Según un artículo publicado por la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, en Puerto Rico se va a los vertederos 4.9 libras de basura por persona. Esto está creando que los vertederos de la isla estén llenos. A pesar de todo, los puertorriqueños han desarrollado nuevas alternativas para poder reutilizar en vez de botar los artículos. Ese es el ejemplo del Museo del Reciclaje en Hatillo.
Todo comenzó en 2016, cuando la empresa Reciclaje del Norte llevaba un tiempo buscando crear un museo en donde las personas pudieran ver la importancia de reciclar y pudieran aprender a cómo hacerlo. La idea se vio tronchada en un inicio por el huracán María. No fue hasta 2017 y 2018 cuando el Museo del Reciclaje ya no solo era una idea, ya era un centro donde buscar soluciones a los problemas de la basura en la isla. Así pues, en “2017 y 2018 pues salimos a flote e hicimos nuestra primera exposición, que se llamaba Plasticuario que tenía que ver con plástico y la vida marina.”dijo la administradora del museo Odalis Colón.
Luego de esto, la pandemia llegó lo cual los mantuvo encerrados por un tiempo hasta que el museo volvió a abrir sus puertas con una nueva exposición, esta vez dedicada al problema de los textiles. Eje Textil la nombraron. La contaminación textil también ha sido un problema no solamente a nivel local, sino a nivel mundial, llegando a crear grandes acumulaciones de ropa como el desierto de Atacama en Chile. Actualmente, el Museo se encuentra en los preparativos de lo que será su tercera exposición.
“El museo del reciclaje es un museo donde nos adentramos a educar a las personas sobre qué es el reciclaje, como puedes manejarlo y qué tipo de reciclaje puedes hacer y enseñarles que sí puedes reciclar y podemos educarnos para tener una economía circular y no tener que seguir contribuyendo al daño climático que ocasiona lo que son la basura y el no reciclar.”Expresó Colón.
Además de las distintas charlas que dan a escuelas, colegios, fábricas entre otros lugares también tienen lo que ellos llaman el “Working Space”, espacios en donde las personas pueden ir a desarrollar sus proyectos o trabajar para personas que no tengan un espacio donde trabajar en sus hogares. Por otro lado, el museo también cuenta con membresías, muchas de ellas desde quince dólares en adelante. Por último, crean el mercadillo, un lugar donde artistas y talleristas y exponentes pueden montar una carpa en el área del estacionamiento y ahí presentar sus productos eco amigables o biodegradables.
No a los Plásticos de un solo Uso
El museo ha invertido gracias a distintos fondos que le han llegado en tecnologías que le permiten reciclar el plástico entre ellas una trituradora y un artefacto que permite derretir el plástico y ponerlo en un molde para darle forma. La última inversión del museo fueron dos impresoras 3D en las cuales utilizan un filamento de plástico reciclado para crear distintas figuras. Aun así, no todos los plásticos se pueden reciclar según nos explicaba Odalis Colón. “Los plásticos de un solo uso en muchas ocasiones son muy tóxicos y dañinos para ser reciclados”.
“Lamentablemente esos plásticos de un solo uso no se pueden reutilizar en nada, porque son plásticos que ya una vez tu le das esa forma, no puedes volver a darle otra forma, no derriten, no hay manera de volver a manejarlo. Por eso gracias a Dios se aprobó la ley que no quieren más plásticos de un solo uso en Puerto Rico.” expresó la administradora del Museo de Reciclaje de Hatillo, refiriéndose al proyecto de la cámara 668 actualmente ley 51 que prohíbe la utilización de plásticos de un solo uso en todos los establecimientos comerciales en Puerto Rico.
“Esos plásticos de un solo uso no tenemos un modo de utilizarlos más allá de quizá lavarlos y utilizarlos para quizá hacer manualidades o recortarlos de alguna manera que los puedas utilizar pero no son saludables, incluso si tratas de derretirlos, son super tóxicos.”
Para Odalis Colón la eliminación cien por ciento del plástico es algo casi imposible, pues vivimos en una sociedad llena del mismo y eso no va a cambiar. Pero si creamos un movimiento circular en donde el plástico que se vende se reutiliza, podríamos evitar dañar mucho más el medio ambiente.
