Con el propósito conversar sobre la historia, el proceso de transformación y oportunidades de acuerdos colaborativos en las facilidades del zoológico el doctor Alberto R. Puente Rolón, el doctor Benjamín Van Ee y Lynette Matos de la Fundación Salvemos al Zoológico, expusieron sus ideas ante la comunidad universitaria del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).
“Como parte del contexto histórico pudimos presentarle a los estudiantes cuándo se funda zoológico y por qué está en el oeste, ya esta iniciativa surge por parte del doctor Rivero cuando se le encomienda, para los años 50, construir lo que sería el primer centro de estudio marino en la Isla de Magüelles en la Parguera”, explicó el doctor Alberto R. Puente Rolón.
De acuerdo con el profesor universitario y catedrático asociado del RUM, cuando Rivero comenzó a desarrollar el proyecto, éste propuso que al mismo tiempo se hiciera el centro de Biología Marina y se estableciera un mini zoológico en la isla. “En la decada de los 50, cuando la idea comenzó todo funcionaba por donaciones de animales, hasta el punto que el repertorio siguió creciendo y hasta se llegaron a tener pinguinos en un momento determinado”, dijo.
Dentro de su mensaje histórico, el doctor Puente Rolón habló sobre una legislación de Benjamín Cole, mediante la cual se propuso la construcción del zoológico en la finca donde ubica hoy día. “La aprobación de esta legislación, es lo que permite la mudanza de los animales hasta el lugar y comienza la ampliación de las facilidades”, mencionó.
Entre algunos aspectos históricos, catedrático asociado del RUM detalló que: “El doctor Rivero, visualizaba el zoológico como un centro de investigación que sirviera de entrenamiento para que los estudiantes tuvieran la visión de entender las especies que estuvieran protegidas y ayudar en la conservación de los mismos”.
El profesor universitario hizo énfasis en que las propuestas iniciales del doctor Rivero estaban dirigidas a que los humanos fueran los que estuvieran encerrados, esto como parte de un diseño de construcción con áreas abiertas, que les permitiera a los animales tener suficiente espacio para moverse y donde las personas fueran las que estuvieran encerradas.
“Obviamente, eso no pasó, ya que la firma de arquitectos que diseñó el proyecto en ese tiempo realizó un estilo más parecido al San Diego Zoo, donde no necesariamente los espacios eran tan grandes como lo que quizás el doctor había pensado”, enfatizó.
El doctor Puente señaló que este conversatorio permitió dar ese primer paso de empezar hablar sobre el asunto, ya que al zoológico se encuentra dentro de los terrenos de la Universidad. “Se presentaron ideas de cómo el recinto pudiera estar aportando desde el punto de vista de conocimiento, mano de obra e ideas en lo que es el desarrollo del zoológico”, sostuvo.
Para concluir, Puente Rolón, terminó diciendo que se debe repensar la transformación del zoológico, ya que hay animales que no deben estar ahí. “Quizás de acuerdo con nuestra realidad económica podríamos transformar el lugar en un centro de rehabilitación de vida silvestre o desarrollar minizoológico con especies más apropiadas al ecosistema de Puerto Rico”.
Por último, entre otras recomendaciones destacó que: “Podrían enfocarse en desarrollar programas de conservación donde el zoológico sirva de apoyo en iniciativas de reproducción de especies en peligro de extinción, al mismo tiempo que se rehabilitan especies que aparezcan heridas. También, se podría ofrecer educación donde se pueda establecer un concepto de zoológico para niños pequeños con animales domésticos o de granja”, concluyó.
